Reducción de Pecho

Mamoplastia de Reducción

La intervención de Mamoplastia de Reducción, conocida vulgarmente como "reducción de pecho", es un tipo de operación de pecho que pretende disminuir las proporciones de la mama femenina, para adaptarla a los deseos y necesidades de la paciente.

En muchas ocasiones el excesivo volumen del pecho puede producir molestias cervicales y de la musculatura paravertebral (dorsalgia), lesiones por presión de las “tiras del sostén”, así como generar problemas dermatológicos por fricción y compresión en la zona del surco submamario.

En múltiples estudios se ha demostrado la eficacia de la Reducción mamaria o reducción de pecho en la mejora de la calidad de vida de las pacientes a todos los niveles.

Si bien la reducción de volumen es el principal objetivo de dicha intervención, existe también una clara finalidad estética, que pretende la reposición del tejido mamario de forma armónica al nuevo volumen que se pretende conseguir.

Se trata de una de las operaciones de pecho con mayor índice de satisfacción global y mejores resultados percibidos por la paciente.

Esto es así porque a la mejoría en el aspecto estético se suman los beneficios físicos de la reducción de peso soportado por la columna.

Reducción de Pecho

Técnicas de Reducción de Senos

Existen básicamente 2 tipos de técnicas para realizar una reducción de pecho:

Técnicas de Reducción Mamaria

Liposucción de pecho

La LIPOSUCCIÓN de la grasa mamaria consiste, al igual que en el resto del cuerpo, en realizar un aspirado de la grasa de la zona a tratar mediante cánulas y mínimas incisiones.

La LIPOSUCCIÓN muy pocas veces es utilizable como método único para realizar una mamoplastia de reducción, debido a que esta técnica es capaz de eliminar el tejido graso de la mama, pero NO el tejido glandular, que muchas veces es el componente principal de la misma.

Por otra parte, tampoco es capaz de eliminar la flacidez cutánea resultante de esta disminución del volumen.

 

El caso ideal para utilizar únicamente liposucción de pecho, sería aquella paciente que compla los siguientes puntos:

  • Desea una tan sólo una pequeña reducción de senos en cuanto a volumen.
  • Sus mamas se encuentran perfectamente posicionadas (no existe ptosis mamaria o pecho caído).
  • Tienen una forma correcta
  • Una piel gruesa y retráctil (con capacidad para contraerse)
  • Presentan una proporción pequeña de tejido glandular

En todos los demás casos, estaría indicada en todo caso como tratamiento complementario a una reducción de mamas convencional.

En el resto de los casos, tendremos que optar por realizar PATRONES DE REDUCCIÓN MAMARIA, pudiendo emplear la liposucción como técnica adicional si lo requiriésemos.

Cuando empleamos PATRONES DE REDUCCIÓN MAMARIA, estamos hablando de realizar cicatrices en la mama, eliminando piel y tejido, tanto graso como glandular.
En función del caso podremos realizar distintos tipos de “patrones de reducción mamaria” en función del volumen de tejido a reducir y la necesidad de elevación mamaria.

Así pues, tenemos en orden ascendente patrones:

  • Con “cicatriz periareolar”
  • Con “cicatriz periareolar” + “vertical”
  • Con “cicatriz periareolar” + “cicatriz en T invertida” o similares (en “L”, “J”…)

Empleándose estos últimos en los casos mayores de reducción de pecho.

Las cicatrices en la mama, a pesar de lo que en un principio nos pueda parecer, suelen evolucionar favorablemente.

Aunque serán visibles al detalle, se camuflan relativamente bien a largo plazo.

Para la mayoría de las pacientes, la mejora en la forma de los senos justifica totalmente dichas cicatrices mamarias.

Reducción de pecho

Ficha Técnica

  • Duración entre 2,5h y 3,5h en función del tipo de reducción mamaria.

  • Anestesia general e ingreso 24h en Todos nuestros procedimientos

  • Vendaje adhesivo que retiramos en 24h. A partir de entonces sujetador indicado por 1 mes. Compresivo (tipo deportivo, sin aros, compresión moderada)

  • Recomendamos en torno a 3 días sin movilizar brazos. A partir de ahí progresión hasta la movilidad total a las primera semana.

  • Evitar esfuerzos hasta el mes de la intervención. Realizarlos de manera progresiva. Mejor postoperatorio que la mayoría de intervenciones de pecho en las que precisamos tocar el pectoral, con molestias máximas a las 48h, no muy intensas, que ceden progresivamente.

  • Sensación de molestia en torno a cicatrices, que por norma general se controla sin problemas con medicación convencional

  • Resultados defintivos en la mayoría de casos a los 3-6 meses.

  • Gran satisfacción en resultados. Mejoría de calidad de vida, molestias de espalda y por supuesto estética.

Preguntas Frecuentes sobre Reducción Mamaria

Cuando realizamos una Mamoplastia de reducción estamos eliminando tanto tejido mamario como grasa mamaria y piel. La disminución de volumen será duradera a lo largo de la vida, sin embargo las modificaciones en el peso corporal seguirán afectando a las mamas igual que antes. Así si se gana peso, las mamas aumentarán de volumen y viceversa.

Por eso aconsejamos que las pacientes que vayan a someterse a una intervención de reducción mamaria se encuentren en un momento de su vida en el que mantengan un peso más o menos estable.

No estaría recomendado realizar una reducción en una paciente sometida a dieta y con pérdida activa de peso por ejemplo. El volumen resultante tras la cirugía seguirá disminuyendo a medida que la paciente pierda peso, pudiendo ocasionar un “vaciado” excesivo de la misma.

Por otra parte, el efecto gravitartorio seguirá existiendo respecto a la reposición de los tejidos mamarios. Éstos tenderán a evolucionar distendiéndose en mayor o menor medida en función de las características de su piel.

En casos de gran laxitud, es posible que en el futuro pueda ser necesaria una “pexia” o “reelevación mamaria” para seguir manteniendo un resultado estético óptimo.

En este caso haremos una distinción.

Con el Embarazo, dado que se conserva glándula y resto de tejido mamario sensible a hormonas, la mama puede aumentar de volumen como ocurre con pacientes no intervenidas. Tras el mismo, los efectos serán similares a una paciente no intervenida.

En el caso de la lactancia con gran probabilidad sí pueden existir problemas para poderla llevar a cabo. Dependerá del tipo y volumen de reducción y de las características propias de la paciente. Pero al realizar intervenciones sobre la glándula mamaria puedem interrumpirse temporal o permanentemente la comunicación de los conductos galactóforos, responsables de llevar la leche hasta su salida en el pezón. En algunos casos hay descritas recanalizaciones espontáneas, pero no es seguro que éstas vayan a producirse en todas las pacientes.

En cualquier caso, si usted está pensando en quedarse embarazada, muy especialmente si desea dar lactancia a su hijo, aconsejamos posponer cualquier tipo de intervención sobre la mama (debido a los alteraciones del resultado estético que puedan aparecer), pero muy especialmente aquellas en las que exista manipulación quirúrgica de la glándula, pues la lactancia puede verse comprometida.

El cáncer de mama actualmente es uno de las enfermedades oncológicas más prevalentes, de ahí que existan protocolos de detección precoz, que han logrado salvar muchas vidas.

Siempre que realicemos resección de tejido mamario como ocu- rre en las intervenciones de Mamoplastia de Reducción, esta- mos reduciendo el riesgo de padecer cáncer de mama, ya que eliminamos tejido susceptible de desarrollar un tumor.

Generalmente solemos solicitar una mamografía previa a la ci- rugía, para valorar si existe alguna lesión sospechosa suscepti- ble de ser biopsiada en el momento de la cirugía, y posterior- mente todo el tejido que eliminamos, lo enviamos a analizar a Anatomía Patológica para estar seguros de que no existe ningu- na lesión maligna.

El seguimiento posterior podrá hacerse como de costumbre, Los cambios postoperatorios en la mama no suelen presentar ninguna dificultad en el diagnóstico de una neoplasia para un radiólogo entrenado.

Cuando realizamos este tipo de intervenciones, una atención especial la recibe el Complejo Areola-Pezón (CAP), ya que éste tiene que ser reposicionado a un lugar superior dadas las nuevas dimensiones de la mama. Generalmente transportamos el CAP unido al tejido mamario que desplazamos y lo situamos en la posición deseada. En algunos casos, necesitamos realizar una elevación tan importante, que la supervivencia del CAP unido al tejido mamario reposicionado puede verse comprometida. En estos casos realizamos lo que se denomina “Injerto de CAP o Técnica de Töreck”, que consiste en separar completamente el CAP del tejido subyacente y colocarlo en una posición superior. Posteriormente se nutrirá de dicha zona.

La sensibilidad del CAP puede verse afectada en las intervenciones de Mamoplastia de reducción, en mayor medida cuando mayor desplazamiento exista del mismo.

En algunos casos esta afectación de la sensibilidad será transitoria y podrá recuperarse pasado un tiempo.

En los casos en lo que exista mayor elevación, así como aquellos en lo que realicemos injerto de CAP la pérdida de sensibilidad fina será permanente.

La experiencia de miles de pacientes nos dice que el dolor es algo completamente subjetivo. Depende de cada una.

Lo normal es que no sea muy dolorosa. Pueden existir molestias en las cicatrices de la piel, pero el tejido glandular y graso es relativamente poco sensible y por ello, poco doloroso tras la intervención. Las pacientes no suelen precisar mucha analgesia.

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