Nariz
Rinoplastia - Técnicas
¿Rinoplastia abierta o Rinoplastia cerrada?
Si uno busca información a día de hoy todavía se habla de 2 tipos de técnicas para realizar estas intervenciones.
Muchos cirujanos continúan empeñados en defender unas en detrimento de otras. Nos referimos a las técnicas de “rinoplastia cerrada” y las técnicas de “rinoplastia abierta”.
Para el paciente la única diferencia apreciable entre ambas es la presencia o no de una cicatriz a nivel de la columela nasal (rinoplastia abierta), que es el puente de piel que separa ambas fosas nasales.
Esta pequeña cicatriz ,prácticamente imperceptible cuando se realiza correctamente, permite en la rinoplastia abierta, trabajo y modificación importante en la punta nasal, así como una mayor exposición de todas las estructuras para poder trabajarlas.
¿Rinoplastia estética o funcional?
Como hemos dicho anteriormente la nariz ha de abordarse desde un punto de vista global estético y funcional.
Independientemente del modo de abordaje, abierta o cerrada, la denominación más amplia de este procedimiento sería Rinoseptoplastia, que englobaría los 3 puntos fundamentales de actuación en el área nasal.
- Rinoplastia o remodelación de la estructura nasal (aunque frecuentemente se utiliza como sinónimo de rinoseptoplastia)
- Septoplastia o corrección de las alteraciones del tabique nasal
- Turbinoplastia o conjunto de técnicas empleadas para la modificación de los cornetes (elementos estructurales laterales que cumplen la función de humidificar y calentar el aire inspirado) que en ocasiones presentan alteraciones.
En función de las necesidades del paciente, podemos realizar los procedimientos que necesitemos para garantizar un buen resultado estético, pero por supuesto funcional.
No tiene sentido realizar una intervención estética exclusivamente, sin corregir el déficit funcional en caso de que el paciente lo presente.
La cirugía de nariz es una de la cirugías en las que el paciente ha de ser más partícipe en transmitirnos qué resultado es el que desea y junto debemos llegar a un acuerdo entre ese deseo y lo que es posible conseguir.
A partir de aquí el cirujano ha de llevar a cabo todas la maniobras quirúrgicas, pero no más de las necesarias, para tratar de obtener ese resultado de consenso.
Así pues, habrá pacientes candidatos a técnicas de rinoplastia abierta o cerrada y ello dependerá exclusivamente de las procedimientos imprescindibles a realizar, y no de la formación del cirujano, que ha de dominar todas las técnicas disponibles.
Los esfuerzos han de dirigirse a conseguir una resultado armónico con la cara, que satisfaga los deseos del paciente, corrigiendo los problemas respiratorios que puedan existir.